Todos los días me levanto pensando: ¿Cómo puedo ser un buen líder?, ¿Qué beneficios obtengo con ello? y ¿Qué estrategias puedo ocupar para mejorar?. Estas son cuestiones que estoy seguro que a todos nos asaltan si es que nos preocupamos por sobresalir en nuestros respectivos puestos laborales y personales.
Porque, asumámoslo, el liderazgo es una de las habilidades que permean todos los rincones de nuestra existencia. Desde la Retórica y Política de Aristóteles en la época Clásica, se ha venido hablando del tema. Y varios han sido los autores que han escrito ríos de tinta para expresar formas ya probadas y nuevas metodologías para alcanzar nuestros objetivos.
Pero, ¿Cuáles han sido las formas más efectivas para liderar?. Primero que nada es importante entender que el liderazgo no solo es cuestión de contar con técnicas o experiencia; sino que, se trata de comprender y conectar con las personas. Un líder inspirador requiere de algunas habilidades esenciales entre ellas el conocimiento de uno mismo, la autogestión de emociones, la empatía y las habilidades sociales.
Conocerse a uno mismo y la autogestión emocional
1. Autoconocimiento
El autoconocimiento es de las formas más introspectivas que existen para identificar nuestras fortalezas, debilidades y motivaciones. No solo te ayuda a crecer personalmente, sino que también te permite guiar a otros de la forma más efectiva posible. En los entornos laborales de México, podemos reconocer a todos esos jefes o "entes de jerarquía superior" donde nos damos cuenta —muchas veces a leguas de distancia— que nuestro superior no tiene ni la más remota idea de cómo dirigirse a nosotros.
Quizá una de las respuestas a esa cuestión sobre qué hace que los mexicanos seamos menos propensos a saber dirigir, se basa en nuestra historia como nación. Así como lo analizan José María Vigil y Ezequiel A. Chávez en sus estudios sobre el "Complejo de Inferioridad de los Mexicanos", donde llegan a algunas conclusiones sobre este tema. Primeramente, ambos rescatan algo importante: Esta situación que creemos que es inherente a la identidad del mexicano se vio provista de un contexto histórico durante los periodos de la colonia y la conquista a través de la precariedad, el cual es un hecho que nos sigue persiguiendo hasta nuestros días. Incluso en nuestros trabajos donde a veces no contamos con los recursos necesarios para poder emplearnos.
Sin embargo, es nuestro deber inicial comenzar desde las bases de nuestra identidad y personalidad, para dejar atrás estos prejuicios y comportamientos que nos hacen sentir inferiores; donde cuestionemos estas creencias que venimos arrastrando como nación — por los siglos de los siglos, para finalmente quitarle el “Amén”— ¿Por qué me siento inferior a la hora de querer dirigir y liderar?, ¿Cómo es que aprendí esta costumbre?, ¿Qué puedo hacer para cambiarlo?.
A partir de este tipo de preguntas podrás ahondar más en ti mismo y tomar acción para mejorarlas. Hazte preguntas, dales respuesta y confía en las decisiones que tomes para ser un poco mejor cada día. Recuerda que la disciplina por cambiar algo en ti, se demostrará con resultados en el futuro.
Si eres gerente o pretendes serlo algún día, recuerda que puedes reconocer tus tendencias negativas para tu liderazgo. Como ejemplo: reconocer tu impulsividad y proponerte un espacio de pequeña reflexión para antes de tomar una decisión puede ser fundamental. Quizá pueda funcionarte tomar un momento para respirar profundamente y consultar a tu equipo sobre las problemáticas existentes, con la finalidad de analizar más información sobre sus posibles soluciones, para aplicar todas estas conjuntamente en una solución efectiva basada en el conocimiento de todo tu equipo. Esto no solo mejora la calidad de las decisiones tomadas, sino que los miembros de tu equipo perciben que su opinión es valorada.
"Controlar tus emociones, lo es todo. Y para lograrlo primero tendrás que conocerte a ti mismo".
2. Empatía
Hacer esto, permite que seas capaz de controlar las situaciones estresantes para inspirar confianza en tus equipos, es por eso que, la capacidad de ser empáticx te permite conectar con tu equipo. Es decir, que seas capaz de entender y compartir tus sentimientos con los demás, a menudo resulta en una mayor lealtad y compromiso hacia los objetivos del equipo; por lo tanto, también los tuyos.
Ser un líder no solo implica dar órdenes desde lo alto de una montaña. Significa saber escuchar, comprender y conectar. Esto sucede cuando te atreves a ver el mundo a través de los ojos de los demás. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con todo y con todos, sino en construir puentes en lugar de muros. Así que la próxima vez que tengas una conversación con alguien, intenta realmente escuchar. ¡Quién sabe!, Podrías descubrir algo que cambie tu perspectiva de las cosas.
3. Habilidades Sociales
Las habilidades sociales son consideradas como un don divino otorgado por los dioses y que quizá es necesario invocar a los ángeles y a los santos — y ¿porqué no?, a Pazúzu, Manón o Paimón (guiño, guiño a algunas películas de terror) — para lograrlo. Sin embargo, las habilidades sociales no son cuestión de magia. Se trata de PRÁCTICA.
La disposición que tengas a relacionarte con los demás marcará la pauta para crear redes de apoyo fuertes y significativas. Las personas que son carismáticas saben en qué momento hacer una pregunta profunda o cuando soltar un comentario ligero para aliviar la tensión. Así que práctica, práctica y no dejes de practicar. Un viejo dicho reza que "La práctica hace al maestro", así que no lo dejes de lado y no pares de hacerlo.
Sii te encuentras en el camino al liderazgo, recuerda que no estás solo. Si bien puede ser un viaje desafiante, recuerda las herramientas que un psicólogo profesional te puede orientar en el camino del conocimiento de ti mismo, para generar empatía y desarrollar tus habilidades sociales, ya que estos tres puntos son herramientas esenciales que puedes desarrollar.
Para esto, Líderes Reales: Consultoría y Capacitación, cuenta con Pedro Flores, el líder principal de Líderes Reales, el cual cuenta con una amplia experiencia en el desarrollo de estas herramientas. También es Psicólogo Organizacional y puede apoyarte a ti y a toda tu empresa a desarrollar estas habilidades para convertirte en un gran líder frente a tus empleados y tu industria.
Pero recuerda:
Un líder no solo es cuestión de poder, sino de generar conexiones de la forma más positiva posible. No subestimes el impacto que puedes tener a través de la autenticidad y la humanidad. Recuerda que cada conversación cuenta, y que cada interacción es una oportunidad para inspirar. Así que, adelante, ¡El mundo necesita líderes como tú!.
Ahora es tu turno. Cuéntanos en los comentarios, ¿tu que haces para transformarte en un líder?, ¿Tienes algunos comportamientos que pueden ser cambiados para ser un mejor líder?, ¿Como haz lidiado con el cambio?.